Publicado el marzo 15, 2024

La clave para crear una cooperativa de alto impacto y rentable no es equilibrar misión y beneficio, sino instrumentalizar el impacto social como el principal motor de la viabilidad económica.

  • Medir el Retorno Social de la Inversión (SROI) es el primer paso para demostrar el valor económico de las acciones sociales y atraer financiación de impacto.
  • Estructurar el crecimiento a través de modelos federados y vincular la retribución a KPIs de sostenibilidad garantiza que la expansión no diluya la misión ni la gobernanza.

Recomendación: Deje de tratar el impacto como un centro de coste. Comience a medirlo con herramientas como el SROI para convertirlo en su ventaja competitiva más poderosa y en un argumento irrefutable para inversores, clientes y talento.

Muchos emprendedores sociales en España se enfrentan a un falso dilema: o persiguen su misión de impacto a riesgo de la quiebra, o priorizan la rentabilidad diluyendo su propósito original. La visión tradicional nos empuja a buscar un «equilibrio», un punto medio donde ninguna de las dos facetas alcanza su máximo potencial. Se asume que el impacto social es un coste que debe ser financiado por los excedentes o, más comúnmente, por un flujo constante de subvenciones que genera una peligrosa dependencia.

Este enfoque es una trampa. Las cooperativas que nacen con la aspiración de transformar su entorno no pueden permitirse ser financieramente frágiles. La dependencia de subsidios las hace vulnerables a los vaivenes políticos y administrativos, mientras que la falta de un modelo de negocio robusto las condena a una lucha constante por la supervivencia, limitando su capacidad real de generar el cambio que prometen. Es un ciclo que agota recursos y, peor aún, desmoraliza a sus miembros.

Pero, ¿y si el impacto social no fuera un lastre, sino el principal motor de la rentabilidad? Este artículo presenta un modelo pragmático y probado para construir cooperativas híbridas. La premisa es una ruptura total con el pensamiento convencional: demostraremos que cada euro de valor social medible puede y debe generar un retorno económico directo. Al instrumentalizar la misión, esta deja de ser un gasto para convertirse en una ventaja competitiva tangible que atrae capital paciente, fideliza a clientes conscientes y motiva al mejor talento.

A lo largo de las siguientes secciones, desglosaremos las herramientas y estrategias para implementar este modelo: desde cómo calcular el valor monetario de tu impacto para atraer inversores hasta cómo escalar sin perder el alma de la cooperativa. Veremos por qué fracasan quienes ignoran esta simbiosis y cómo las entidades más exitosas la utilizan para crecer de forma sostenible.

Para abordar de forma estructurada este cambio de paradigma, hemos organizado el contenido en secciones clave que le guiarán paso a paso en la construcción de un modelo de negocio cooperativo resiliente y de alto impacto. Este es el camino para alinear propósito y prosperidad de manera definitiva.

¿Cómo calcular el SROI de tu cooperativa para acceder a financiación de impacto y subvenciones?

Para instrumentalizar el impacto, primero hay que medirlo. El Retorno Social de la Inversión (SROI) es la metodología que traduce el valor social y medioambiental a un lenguaje que los financiadores entienden: el monetario. No se trata de ponerle precio a la dignidad, sino de demostrar con datos el ahorro que genera tu actividad para la sociedad. Este cálculo convierte una narrativa de «buenas intenciones» en un caso de negocio sólido. Permite afirmar, por ejemplo, que por cada euro invertido, tu cooperativa genera 3,5€ de valor social en forma de ahorro en prestaciones por desempleo, mejora de la salud o cohesión comunitaria.

El proceso implica identificar a todos los grupos de interés (stakeholders), mapear los cambios que experimentan gracias a tu actividad y asignarles un valor económico (proxy financiero) basado en costes de mercado o ahorros para la administración pública. Por ejemplo, el coste medio de un desempleado para el Estado español puede usarse como proxy para valorar la creación de un puesto de trabajo. Estudios recientes en España muestran que es una herramienta poderosa: análisis SROI realizados en más de 25 proyectos cooperativos confirman un retorno social de 3,5€ por cada euro invertido, una cifra que capta la atención de cualquier inversor de impacto.

Caso de Éxito: ATADI Empleo

ATADI Empleo, un Centro Especial de Empleo en Aragón, es un ejemplo paradigmático. Su análisis SROI demostró un retorno de 4,2€ por cada euro invertido en la inserción laboral de personas con discapacidad. El estudio no solo cuantificó la mejora en la autoestima de los trabajadores, sino que cifró el ahorro para la administración pública en 1,8 millones de euros anuales en prestaciones no abonadas. Este dato no es solo una métrica de impacto; es un argumento de venta para entidades como Fiare Banca Ética o la Bolsa Social, que buscan proyectos donde el retorno social garantiza la sostenibilidad económica.

Calcular el SROI no es solo un ejercicio de transparencia, es una herramienta estratégica de financiación. Te posiciona como una inversión segura y rentable en términos sociales, abriendo la puerta a financiación de impacto y negociando mejores condiciones en subvenciones, al demostrar que tu proyecto es una solución eficiente y no un gasto recurrente.

¿Cómo financiar tu proyecto de economía social con préstamos participativos y capital paciente a tipo cero?

Una vez que puedes demostrar tu valor con métricas como el SROI, el siguiente paso es atraer el tipo de financiación correcto: el capital paciente. A diferencia del capital riesgo tradicional, que busca salidas rápidas y altos rendimientos, el capital paciente está alineado con la misión a largo plazo. Sus inversores entienden que el impacto social requiere tiempo para madurar y no exigen una rentabilidad inmediata que pueda comprometer el propósito de la cooperativa. En España, existen varios instrumentos diseñados específicamente para la economía social.

Los títulos participativos, regulados por la Ley 27/1999 de Cooperativas, son una de las herramientas más potentes. Permiten captar fondos de los propios socios o de terceros sin ceder control político, ya que no otorgan derechos de voto. La remuneración puede ser fija, variable o mixta, a menudo vinculada al cumplimiento de objetivos sociales. Otras opciones incluyen líneas de financiación pública como las del Instituto de Crédito Oficial (ICO) o productos específicos de la banca ética y las cooperativas de crédito.

Mesa de trabajo con documentos financieros y calculadora en reunión cooperativa de financiación
Escrito por Elena Navarro Ruiz, Elena Navarro Ruiz es economista especializada en análisis sectorial de la economía española, licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y con un Máster en Economía Aplicada por CEMFI. Cuenta con 12 años de experiencia como analista económica en servicios de estudios de entidades financieras y centros de investigación, donde elabora informes de coyuntura, análisis de competitividad sectorial y previsiones macroeconómicas. Actualmente es responsable del área de análisis sectorial en un centro de estudios económicos madrileño.